SUICIDIO Y COVID-19

SUICIDIO Y COVID-19

La situación actual de confinamiento que padece la población mundial con motivo de la pandemia por COVID-19 y el crecimiento subsiguiente del paro y la pobreza, están aumentando los intentos de suicidio (ABC de Sevilla. 2020).

No obstante, Anzai y cols. (2021) comunican una tendencia a la baja en el número de suicidios acaecidos en Japón durante la fase temprana de la pandemia (marzo-junio de 2020), tanto en hombres como en mujeres; el aislamiento en domicilio pudo reforzar los lazos familiares, que actúan favorablemente sobre la conducta suicida. Según Faust y cols. (2021), en Massachussets (EE. UU.), durante un periodo similar de confinamiento (marzo-mayo de 2020), tampoco aumentó el número de suicidios (0.67/cien mil/meses-persona vs 0.80, durante el mismo periodo de 2019).

Lo que sí parece cierto es que las minorías raciales y las mujeres están siendo los colectivos más afectados por el suicidio durante la pandemia.

Mitchell (2021) ha detectado un aumento significativo de la mortalidad por suicidio en minorías raciales de EE. UU durante la fase de confinamiento domiciliario, a pesar de que, en el conjunto de población, dicha mortalidad disminuyó durante esta fase en un 13 %.

Nomura y cols. (2021) refieren un aumento de suicidios, con respecto a años anteriores, en mujeres japonesas durante los meses de julio, agosto y septiembre de 2020, pero no en hombres.

La relación entre COVID-19 y depresión ha sido estudiada por Pérez Sola y col. (2020). El confinamiento es una situación estresante que puede favorecer la recaída o descompensación de un padecimiento psíquico previo y crea nuevos problemas, sobre todo cuadros psicóticos en las personas de mayor edad.

Winkler y cols. (2020), en adultos checos, y tras comparar los datos de 2017 y 2020 procedentes del Estudio Checo de Salud Mental, comunican que durante la actual pandemia se ha triplicado la frecuencia de trastornos depresivos mayores y riesgo de suicidio y se han duplicado los cuadros de ansiedad. La pandemia ha aumentado en un 10 % los trastornos mentales de la población adulta, como mínimo.

SUICIDIO Y COVID-19

Un grupo de expertos de la Universidad de California (EE. UU) han detectado un récord de ataques de ansiedad y cuadros de pánico con motivo de dicha pandemia; las búsquedas realizadas por Internet relacionadas con ansiedad alcanzaron niveles máximos durante la pandemia, sobre todo durante las fases de confinamiento. Pero en el estudio de Ayers y cols. (2021), en EE. UU., las búsquedas efectuadas en Internet relacionadas con el suicido durante la pandemia COVID-19 no aumentaron entre enero y junio, durante la fase de confinamiento domiciliario, sino que disminuyeron en su conjunto en un 22 %; 15 de los 20 términos relacionados con el suicidio que se valoraron, disminuyeron de forma significativa, salvo uno que aumentó de forma significativa (“cuantas personas se suicidan”).

En Madrid (España), la pandemia no está aumentando las urgencias psiquiátricas relacionadas con actos suicidas (Hernández-Calle y cols.  2020).

Además, la situación de sobrecarga sanitaria disminuye la capacidad de respuesta a múltiples problemas. El distanciamiento social y el autoaislamiento (que están comenzando a ser problemas muy serios) durante esta pandemia, posiblemente aumenten el riesgo de suicidio a niveles muy altos.

Paro, recesión económica, pobreza en los sectores más débiles y falta de apoyo familiar son cofactores que aumentarán el riesgo de suicidio. Además, la pandemia ha creado una situación nueva y negativa en relación con los duelos tras fallecimiento, con la carga emocional que ello supone para las familias.  

La recesión económica mundial, como consecuencia de la actual pandemia de COVID-19, está afectando la salud y posiblemente eleve el número de suicidios.  Está aumentando el nivel de estrés, el sentimiento de desesperanza, la frustración y los comportamientos violentos y antisociales.

Los grupos de mayor riesgo suicida son los desempleados, inmigrantes y otros colectivos desprotegidos. Según la Organización Internacional del Trabajo, la pandemia COVID-19 podría ocasionar en el mundo 25 millones de desempleados, en el peor escenario y 5.3 en el más favorable. Kawohl (2020) estima que, a nivel mundial, en el peor escenario, el desempleo va a aumentar en varias decenas de miles el número de suicidas. El aumento de suicidio en minorías raciales y mujeres podría relacionarse con la mayor vulnerabilidad social de los primeros y el aumento de la victimización por maltrato durante el confinamiento en las mujeres.

La actual pandemia de COVID-19 está ocasionando ya un aumento en la frecuencia de enfermedad mental, sobre todo de cuadros depresivos, pero no parece que, por el momento, esté aumentando de forma regular la tasa de suicidios; los cambios asistenciales obligados han propiciado un mayor desarrollo de la teleconsulta y videoconsulta, que pueden ser armas muy beneficiosas para la prevención del suicidio y el mejor control de los enfermos con elevado riesgo suicida.

Algunos estudios no encuentran un aumento de las urgencias psiquiátricas relacionadas con actos suicidas durante la pandemia de COVID-19; esto puede ser debido a que han disminuido los intentos de suicidio o que los pacientes, por miedo al contagio, no acudieron a los servicios de urgencias, que parece lo más probable. Otros muestran una disminución en el número de entradas realizadas a través de Internet con respecto al suicidio, hecho que no tiene por qué relacionarse con una disminución del número de suicidios, y que debe interpretarse simplemente como una tendencia de búsqueda de información en Internet.

Los problemas más importantes aparecerán después, cuando pase la pandemia y la recesión económica adquiera su verdadera magnitud; entonces veremos realmente qué sucede en relación con la enfermedad mental y el suicidio, aunque los primeros datos son muy preocupantes.

BIBLIOGRAFÍA

ABC de Sevilla, 12/10/2020. Consultar en: https://sevilla.abc.esnoticia.html

Anzai T, Fukui K, Ito T, Takahashi K. Excess mortality from suicide during the early COVID-19 pandemic period in Japan: A time-series modeling before the pandemic. J Epidemiol. 2021; 31(2): 152-156.

Ayers J.W, Poliak A, Johnson D.C et al. Suicide-related Internet searches during the early stages of the COVID-19 pandemic in the US. JAMA Netw Open. 2021; 4(1): e2034261.

Faust J.S, Shah S.B, Du Ch, Li S-X, Lin Z, Krumholz H.M. Suicide deaths during the COVID-19 stay-at-home advisory in Massachussets, march to may 2020. JAMA Netw Open. 2021; 4(1): e2034273.

Hernández Calle D, Martínez Alés G, Mediavilla R, Aguirre P, Rodríguez B et al. Trends in psychiatric emergency department visits due to suicidal ideation and suicide attemps during the COVID-19 pandemic in Madrid, Spain. J  Clin Psychiatry. 2020; 81(5):20/13419.

Kawohl W, Nordt C. COVID-19, unemployment, and suicide. Lancet Psychiatry, 2020; 7(5):389-390.

Mitchell Th.O. State-level data on suicide mortality during COVID-19 quarantine: Early evidence of a disproporcionate impact on racial minorities. Psychiatry Res. 2021; 295:113629.

Nomura S, Kawashima T, Yoneoka D, Tanoue Y, Eguchi A, Gilmour S et al. Trends in suicide in Japan by gender during the COVID-19 pandemic, up to September 2020. Psychiatry Res. 2021; 295:113622.

Pérez Sola V, González Pinto A,  Arango C, Navío M. Depresión y COVID-19. En: Depresión y suicidio 2020. Documento estratégico para la promoción de la Salud Mental. Edita Wecare. Healthcare Communication Group,Madrid, 2020: 245-253.

Winkler P, Formanek T, Mlda K, Kagstrom A, Mohrova Z, Mohr P, Csemi L. Increase in prevalence of current mental disorders in the context of COVID-19: analysis of repeated nationwide cross-sectional surveys. Epidemiol Psychiatr Sci. 2020; 29: e173.

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